La tecnología de la impresión de etiquetas ha evolucionado mucho en los últimos años: hemos pasado de las rotativas tipográficas y los procesos flexográficos, hasta las formas de impresión de etiquetas que concentran hoy la demanda de muchas empresas y profesionales. Hablamos, por supuesto, de la impresión de transferencia térmica y la impresión térmica directa: ambos métodos que proporcionan etiquetas de buena calidad y adecuadas para cada giro comercial.
Pero, ¿qué son y qué ofrecen cada una de estas alternativas de impresión? ¿En qué se diferencian una de otra? Esto te lo contaré a continuación:
Son muchas las diferencias entre la impresión por transferencia térmica y la impresión térmica directa. Claro que, si nunca antes probaste ninguno de estos tipos ni los comparaste, es normal que tengas dudas sobre cuál elegir.
Sin embargo, aunque en algunos casos pueden ofrecer resultados similares, hay diferencias importantes entre ambas técnicas. Estas son las siguientes:
En primer lugar, la impresión térmica directa aplica el calor desde el cabezal sobre la superficie de la etiqueta. Ésta hace que cambie de color debido a una reacción química al entrar en contacto con el calor. Esto quiere decir que las impresiones son más sensibles a la luz y al calor. Como resultado, se reduce la vida útil de la etiqueta o el material que se va a imprimir.
Por otro lado, tenemos la transferencia térmica. En este caso se utiliza una cinta de tinta (ribbon) que se calienta y con ella se puede imprimir en distintas superficies diferentes. Esté sistema tiene la ventaja de que permite impresiones de mayor calidad y más duraderas en este aspecto, porque el grabado no se quita.
Se usa normalmente para trabajos de etiquetado de corta duración y que no requieren una resistencia a químicos, agua, intemperie o temperaturas extremas (entornos de oficina, tienda, almacén etc.)
Por ejemplo, ésta la utilizan mucho las agencias de transporte para identificar paquetes, tickets de supermercado o de turno, para identificación de pacientes en los hospitales, etiquetas para productos perecederos o incluso para archivos que se guardan en carpetas. Es decir, se usa en impresiones que no han de perdurar en el tiempo y que son un poco para usar y tirar.
Ideal para cualquier sector, empresa o actividad profesional que necesite un etiquetado duradero y resistente a la intemperie, temperaturas extremas, productos químicos o exposiciones a rayos ultravioleta. De esta forma se asegura la máxima calidad y rendimiento, para dar como resultado un etiquetado que puede durar muchos años.
Por ejemplo, pueden servir para la identificación permanente, etiquetado de bienes, muestras de laboratorio, almacenamiento en frío o calor, congeladores y exteriores, y etiquetas de certificación. En la parte logística se puede aplicar para envíos que prevean un tiempo de tránsito prolongado en los que el paquete pueda sufrir roces o se almacenen mucho tiempo en condiciones climáticas adversas.
Elegir entre etiquetas de transferencia térmica y etiquetas térmicas directas dependerá de tus necesidades específicas. Como asesor, es crucial comprender tus requisitos de etiquetado y aplicaciones previstas. Algunas preguntas que podrías considerar son:
En base a tus respuestas, podré asesorarte sobre la mejor opción que se ajuste a tus necesidades y ofrecerte una solución de etiquetado personalizada para tu negocio o proyecto.
En Dataware contamos con amplio conocimiento en consumibles y con la experiencia para poder asesorarte en los requerimientos de etiquetado que tengas, inclusive ayudarte a buscar alternativas diferentes en tu actual proceso, mejorando técnicas y obteniendo mayores beneficios en cuanto a ahorro, eficientando tu operación y contando con un proveedor que te respalde aportando valores agregados.